Esta mañana, paseando por Córdoba, anduve por delante del local de la ya desaparecida cadena andaluza "URENDE". Y fue realmente triste ver dicho establecimiento casi oculto baja una montaña de anuncios, carteles y demás parásitos urbanos de cualquier superficie sin dueño o abandonada.
Triste no solo como lo sería el cierre de cualquier otra empresa, cierre que deja en el paro y desprotegidas a decenas de familias.
Triste sino también por el simultáneo auge de grandes cadenas como Mediamarkt y lo que ello supone.
Durante años compré varias veces en Urende y siempre encontré a los mismos dependientes, personas con una estabilidad laboral, con experiencia y con ganas de hacer bien las cosas, que casi siempre conocían lo que vendían y sabían informarte y orientarte.
Todo lo contrario de Mediamart, dependientes saturados, con prisas y sin la menor idea de lo que vende, que puede ser tanto un disco, un libro o un videojuego y al día siguiente un televisor, una lavadora o una impresora, que aparte de señalarte un precio poco mas pueden hacer. En un par de ocasiones incluso encontré el producto que buscaba después de que ellos me indicaran que no existía ... Por no hablar de las interminables colas para cualquier devolución o de su reciente y lamentable políticas de devoluciones (ya no es posible la devolución por el importe del producto, aunque este se encuentre en la caja original y sin abrir, sino por un cheque para compras de otros productos).
Pero ya saben, como dice su slogan, no somos tontos. No, somos lo siguiente ...
Lamentable.
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