Y fontdevilla es uno de ellos. Y su parejita uno de estos personajes. Unos personajes que empecé a conocer en "La puta mili" y "Emilio/a", donde Emilia era un chica que por no separarse de su novio se hacía pasar por chico y cumplía junto a el el antiguo servicio militar obligatorio. Historias, que mas allá del ámbito castrense, como el propio Manel explica mas adelante, reflejaban la relación cotidiana de una joven pareja, con sus peleas, sus celos, sus discusiones, la "intensidad" de los primeros años de una relación y de los escarceos sexuales....
Y la "Puta mili" terminó, cerrada inevitablemente por la desaparición en España del servicio militar obligatorio gracias a la profesionalización del ejercito. Pero Emilio y Emilia no desaparecieron sino que continuaron sus historia en El Jueves como "La parejita". En y esta revista les vimos iniciar su relación en serio, les vimos buscar piso, meterse en una hipoteca, iniciar una convivencia, vimos sus peleas, sus riñas, sus "reconciliaciones", sus relaciones con la familia, con vecinos, con jefes y con amigos..... vimos las mil y una historias por la que cualquier pareja ha pasado durante años de relación, vi historias con las que me sentí Emilio y me reí cien o mil veces con lo que a el (o ha sido a mi? es posible identificarse mas con el personaje?) le ocurría junto a su adorable Emilia (o es mi querida Ana?), .... Incluso les vimos tener un hijo, aunque para mi personalmente a partir de aquel momentos las historias perdieron cierta "frescura", cierta "ingenuidad" y "espontaneidad", aunque mi cita semanal con ellos continúo ineludible por mucho tiempo.
Y la hecatombe llegó (motivada dice Manel en parte con la entrada de RBA y desencadenada con ciertos episodios de censura de algunas portadas) y con ella el paso de Manel y otros autores a su propia revista en formato digital, "Orgullo y satisfacción" y el fin de las aventuras semanales de la parejita. Y aunque ya no tienen historias siguen vivos en mi memoria, siguen siendo un reflejo de mi propia vida, son la ingenuidad y el poner una sonrisa a las pequeñas batallas a las que la vida nos enfrenta cada día.... Estoy seguro de que siguen juntos, de que su hijo se habrá hecho grande, de que seguirán peleando y reconciliándose cada día y que como me dijo el propio Manel, ellos "siguen a lo suyo en algún sitio".
Algunas de las portadas de la polémica que provocaron la salida de dibujantes, entre ellos Manel
Además tengo el honor de que este gran artista y mejor persona, me hizo un encargo muy especial, ya que realizo la invitación de mi boda, donde figuraba la parejita con su hijo hecho con los rasgos de mi propio hijo (que en el momento de la boda tenía dos años) a partir de las fotografías que le envíe. Una invitación cuyo original podéis ver aquí.
Dibujo original |
Invitación finalizada |
Recientemente me puse en contacto con el para grabar un episodio de mi podcast (El desván del tio gilito). Le propuse que respondiera de forma previa una minientrevista para luego emplearla de base para la charla. Y aquí tenéis las respuestas, donde habla un poco de el mismo, de sus inicios, sus preferencias, su paso por la Puta Mili, El Jueves, Mongolia y alguna cosa mas. Unas respuestas que no tienen desperdicio y que os servirá para conocerlo un poco mejor. Todo vuestro.
Preguntas:
¿Cuales son los primeros cómics que recuerdas?
Los que había en casa: el TBO, algunos de Bruguera, y en cumpleaños y fiestas, libros de Tintin, Astérix y así. Estábamos suscritos a Cavall Fort, una revista catalana donde se publicaban algunas series francobegas, que también me marcó muchísimo. Mi padre nos compró los primeros números de Mortadelo, y yo recuerdo comprar con fidelidad el TBO de la última época, cuando hacían experimentos en plan loco. De ahí pasé al Jueves, al primer Totem, al Víbora y todo lo demás.
¿Cuales te hicieron amar este arte? ¿Tu número 1?
Tintín fue mi número 1 durante muchos años, y sigo creyendo que es de lo mejor que ha dado el medio. Cuando descubrí cosas más adultas, bueno, me sería imposible decir solo dos o tres. Hay gente, eso sí, que te deslumbra más que otra. No sé: Moebius, Gotlib, Crumb, Tardi, Eisner, Chaland, Kirby.... En los 80, además, hubo un revival de la linea clara francobelga que me pilló de lleno, estaba muy colgado con todo ello. Y me olvido ahí de todo lo que es el humor gráfico, que me obsesionaba al mismo tiempo y en la misma magnitud.
¿Que te impulsó a ser dibujante?
No sé, la verdad. Me gustaba dibujar cosas de humor, personajes raros. Era la transición y, de repente, a través de mi hermano o de canales casi siempre familiares, me pedían ilustraciones o chistes para colectivos surgidos en la época: ecologistas, pacifistas, asociaciones de vecinos, esas cosas. De ahí pasé, muy joven, a hacer la viñeta del periódico local. Empezó como un juego y de repente me dedicaba a ello, sin tampoco plantearme demasiadas cosas. Pasó y ya está.
¿Cómo nació la idea de tus dos personajes mas populares emilio/a y la parejita? ¿Hiciste el servicio militar?
Me ofrecieron la posibilidad de hacer una serie en Puta Mili y se me ocurrió lo de la señora que hace la mili de tapadillo para poder estar con su novio. No había hecho la mili, no entendía su funcionamiento. Hablaba con compañeros y les preguntaba cómo era la mili, y me decían lo típico: la instrucción, el Cetme, pelar patatas… y yo les decía: No, no, pero cómo es la mili… ¿es una habitación, un descampado? ¿Os levantáis y dónde vais? ¿Os sentáis en el suelo? No tenía ni idea. Entonces, hacer chistes de parejas me pareció una forma de esquivar el tema que podría funcionar.
¿Que recuerdos te quedan de la puta mili? ¿Del jueves? ¿Y del periodo de orgullo y satisfacción? ¿Se pudo hacer algo mas para salvar la revista? ¿Continuas en Mongolia?
Puta Mili la recuerdo como un punto y aparte, fue la primera vez que pensé que quizás se podría vivir de esto. Me llamaron como el séptimo de caballería en las películas, cuando ya estaba reorientando mi trabajo para dedicarme a la ilustración, Como trabajo me interesaba relativamente, pero se aprendía mucho y el ambiente era estupendo. Y luego El Jueves, bueno, qué te diré. Ahí sí, era un aprendizaje contínuo, ponerse a prueba semana a semana. Recuerdo especialmente la experiencia que es vivir una redacción, un grupo grande de gente entregada a hacer cada semana la mejor revista de humor posible. La entrada de RBA acabó siendo un poco jarro de agua fría. El final fue entre triste y caótico, había que inventar algo y Orgullo y Satisfacción nació casi sin tiempo para asimilar qué estaba pasando. Lo pasamos muy bien ahí y el equipo era muy potente, pero el producto era durísimo, el formato “PDF de 100 páginas” era muy incómodo, se le atravesaba a la gente. A mi el primero. Buscamos salidas, pero todas llevaban a una inversión de dinero, que no teníamos, y sin garantías de que sirviera para algo.
Con los de Mongolia nos conocemos desde hace tiempo, de hecho es gente que sale principalmente de “Público”, el medio donde publicaba mis viñetas antes de eldiario.es. Cuando dejamos El Jueves estuvimos algunos de nosotros publicando ahí. Yo lo fui dejando poco a poco, lo cierto es que estoy un poco saturado de actualidad. Pero vaya, hay gente ahí a la que aprecio mucho, cualquier día les vuelvo a molestar con mis cosillas.
¿Ves paralelismo entre lo ocurrido a ti y otros dibujantes con lo reflejado en “El invierno del dibujante” de Paco Roca?
Hay un punto de partida parecido, el grupo descontento con la editorial que decide probar suerte y autogestionarse. Pero me temo que lo nuestro fue mucho más improvisado. No deja de ser una diferencia notable, además, el momento: salimos y hubo que inventar una nueva cabecera pero también un nuevo formato, digital, porque estábamos sin un duro y los quioscos ya apuntaban hacia el desastre en que se encuentran.
Y, obviamente, el episodio en que todos vuelven a la casa editorial a cambio de una interesante cantidad de dinero tampoco se ha producido. Pero vaya, quién sabe. Ya te avisaré.
¿Tiene futuro el cómic en españa? ¿Como lo ves de salud a nivel de editoriales o de ventas? ¿Se interesan por el las nuevas generaciones?
No me atrevo mucho a responder esta pregunta, no tengo información suficiente. Por mi experiencia, hay editoriales dispuestas a arriesgar algo de dinero en lo que hagas, pero sin lujos. Continúa siendo un asunto de creértelo, aunque claro, un poco de amor al arte siempre es importante. Y bueno, básicamente soy humorista gráfico, no vendo en el extranjero y, con el tiempo, incluso me muevo menos por el mundillo. Todo lo que te podría decir sobre ventas y salud serían intuiciones. Por dar algún dato, compro tebeos que me gustan mucho, de formas y aspectos muy variados, y tengo compañeros a los que parece que la cosa les va bien, ¡toquemos madera!. Supongo que muy-muy mal momento no debe ser.
Y por último, ¿Comic Americano, Europeo o Japones?
Aunque intento no cerrarme en nada, supongo que la balanza se me inclina hacia europa y américa, básicamente porque tiene una tradición de humor gráfico con la que conecto más fácilmente y de la que me es más fácil comprar material. Trazas un triangulo New Yorker-Charlie Hebdo-Hermano Lobo, y te sale el grueso de mis intereses en este terreno. Por lo demás, me guío más por géneros que por orígenes, creo. Lo que viene a ser novela gráfica. Y algunos clásicos. Y material más underground. El género negro. Todo esto me interesa, venga de donde venga. Y, como ya he dicho, el humor me interesa siempre, todo.
Bonus track 1 : Incluyo esta pequeña aparición de la parejita por gracia de Ricardo Peregrina en su genial obra Mega filiburcito.